La idea de hacer una muñeca con síndrome de Down me parece muy ingeniosa. Pienso que es una forma de mostrar la realidad a los más pequeños. Como años atrás se han hecho muñecos que representan a distintas etnias ¿Porqué no hacerlo también con este colectivo?
Honestamente en el momento que vi esta publicidad me asuste, no entendía la lógica de hacer una muñeca que padeciera una diversidad funcional. Pero si pensamos en el resto de muñecos que hay tendríamos que replantearnos la figura de Barbie, la de Action-man o las Bratz. Barbie representa a una señorita extremadamente delgada que en el caso de que fuera real no podría ni ponerse de pie, hablamos de un ser que andaría a cuatro patas. Por otro lado Action-man, la figura del hombre fuerte de la guerra, un Rambo versión plástico. Y ya la muñeca indecorosa donde las haya, a la que le tengo especial odio, la Bratz, cabezas que rozan el marcianismo, y pintura de joven de vida alegre. De los juguetes que hablo son usados por niños y niñas de hasta 11 o 12 años aproximadamente. Estos muñecos pasan desapercibidos en nuestras casas, pero ¿Qué enseñan? ¿Qué realidad muestran? Claramente ninguna.
En el caso de la muñeca Baby Down, no nos muestra una mentira, no es fantasía es pura realidad. En cuanto a la forma de publicitarla quizás no hayan elegido el mejor lenguaje por ejemplo: “Necesita una dosis extra de cuidados”, pues bueno ¿A caso otro bebe no?
El colectivo de personas con diversidad funcional más específicamente con síndrome de Down es considerado como marginado y/o excluido socialmente, pero ¿Por qué ocurre? Porque hace referencia a una inadaptación del entorno físico y el colectivo, pero en el caso de que sea una discapacidad psíquica la discordancia nace entre la sociedad y el individuo afectado. De modo que el problema en este caso radica en la sociedad que la única idea de respuesta que se nos ocurre es reinsertarlo. Esta reinserción tan ilustrada como Luis XIV, con su
Pienso que habrá opiniones respecto a estos temas diversos, pero no podemos tenerle miedo a la realidad, y si desde pequeños normalizamos la diversidad que hay entre las personas a nivel étnico, ¿Por qué no en el caso de una discapacidad? Pienso que si a alguna persona se siente herida por este tipo de muñecos, quizás los prejuicios anden en su forma de ver el mundo, la realidad puede ser dura, pero no por ello debemos ocultársela a los niños. Las personas con síndrome de Down pueden llegar a vivir de manera plena e independiente y hacer tareas como cualquier otra persona. Y ahora me pregunto:
1. La señorita Barbie con 1.90 cm de estatura, 50 kilos de peso, pies deformados, y a cuatro patas ¿Puede llevar una vida normal?
2. El caballero Action-man ¿podrá superar su trauma tras la guerra y vivir con normalidad en nuestra sociedad?
3. Y en cuento a la mocita Bratz ¿Podrá dejar de tirarse cubos de pinturas en el rostro?
Para concluir, me gustaría destacar que el fabricante del juguete, donará 2 euros de la venta de cada muñeca para financiar proyectos de la Federación Española de Síndrome de Down, destinados a mejorar la calidad de vida de estas personas y de sus familiares.